EL NUEVO PAISAJE DE LAS URBANIZACIONES

Hace poco tiempo estos comentarios se limitaban a intentar aclarar dudas acerca de los desarrollos urbanísticos, sus orígenes, sus actores, así como acercar lectura de modelos propios y ajenos, para poder desmitificar sus efectos contrarios, supuestamente en contra de la urbe.

También en un último artículo comenzamos a hablar de producto inmobiliario, clientes, inversores, desarrollistas, para así reconocer su génesis y desideologizar el supuesto fenómeno de los barrios cerrados como una imposición casi divina .

Hoy en el inicio de este nuevo y convulsionado año, se planteó la posibilidad de aventurar un marco futuro para estos desarrollos. Pensar que estos emprendimientos inmobiliarios están exentos de la realidad es tan utópico como haber creído que ellos modificaban otras realidades. El paradigma de lo real es sólo uno, ponerse a echar culpas de quienes son los responsables de esta situación, no nos exime a ninguno a la hora de intentar modificar creativamente el hoy.

Quedarse de brazos cruzados echándole la culpa a los romanos que colonizaron Europa hace mas de dos mil años, y los españoles que lo hicieron aquí hace mas de quinientos no es la solución. Mostremos la madurez de seguir creyendo en aquello en que si estamos convencidos, reflexionamos sobre aquello que nos otorga algunas dudas, pero ante todo operemos, actuemos, sigamos apostando a decidir por aquellos proyectos de vida que hace meses, y a pesar de la depresión económica, comunicábamos y opinábamos.

Hoy más que nunca los conceptos de identidad, personalidad y valor de cada uno de los desarrollos continúan vigentes. Los sentidos de pertenencia a los lugares elegidos para desarrollarse como individuo y como familia siguen siendo la opción valedera en este tipo de emprendimiento inmobiliario. Lo esencial no se modifica.

Hoy se habla mucho de sustentabilidad. Es vital a la hora de planificar nuevos proyectos o continuar con otros, pero sin dudas la creatividad es lo que va a beneficiar a aquellos que intenten desarrollar a pesar de la realidad.

Creatividad para analizar los futuros negocios inmobiliarios, para comunicar los desarrollos ya lanzados, para diseñar los trazados y optimizar en costos sus estructuras, para balancear los costos que conduzcan a precios razonables para este escenario, y ante todo creatividad para diferenciar productos que se postulen hoy a un abanico de consumidores distinto al imaginado. Muchos en nuestra ciudad ya lo han interpretado así.

Más allá de esta, nuestra realidad de país, hay que continuar apostando a creer que hay una sola manera de hacer las cosa: bien. Dignifiquemos nuestras convicciones y anhelemos que al levantar la vista aparezca el horizonte de paz que se transforme en una invitación para seguir construyendo el futuro.

Diario La Capital

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